El primer gobernador de Nariño: la expedición que cambiaría todo
Imagina por un momento retroceder en el tiempo, a la época
en que estas tierras estaban vivas con el espíritu de sus primeros habitantes:
los Pastos, los Quillacingas, los Sindaguas, los Nulpes, los Tumacos, los
Abades y los Chapanchicas. Eran culturas que respiraban la esencia de la
naturaleza y que dejaron huellas profundas en el territorio que hoy llamas
Nariño.
En 1522, un hombre llamado Pascual de Andagoya recorrió
parte de la costa pacífica colombiana, sin saber que su viaje marcaría el rumbo
de la historia. La información que obtuvo fue usada por Francisco Pizarro para
organizar la expedición que cambiaría todo: la conquista del Perú. Esa travesía
tocó las islas de Gorgona, del Gallo y la ensenada de Tumaco, y abrió la puerta
a una nueva era de encuentros y conflictos.
Los primeros en adentrarse en las montañas fueron Juan de
Ampudia y Pedro de Añasco, enviados por Sebastián de Belalcázar en 1535. Al año
siguiente, Belalcázar recorrió estos territorios y llegó hasta Popayán. Cuando
volvió de España en 1541, ya con el título de gobernador, dividió sus dominios
en catorce tenencias, y así, estas tierras comenzaron a tener un nuevo destino.
Con el paso de los siglos, este territorio cambió de nombre
y de manos: en 1831 fue parte del Departamento del Cauca, en 1863 del estado
con ese mismo nombre, hasta que finalmente, el 6 de agosto de 1904, nació
oficialmente el Departamento de Nariño. Ese día quedó grabado en la historia
gracias a la Ley Primera, sancionada por el presidente José Manuel Marroquín,
justo en su último día de gobierno.
Y fue entonces, bajo la presidencia del General Rafael
Reyes, cuando un hombre visionario se convirtió en el primer gobernador de
Nariño: Don Julián Bucheli Ayerbe. El 18 de octubre de 1904, tomó posesión del
cargo, y desde ese momento comenzó a sembrar el futuro de una región que soñaba
con crecer.
¿Quieres saber qué lo hizo tan especial? Julián Bucheli no solo fue gobernador, fue un hombre que entendió que la educación, las vías de comunicación y una administración eficaz eran la base de un modelo de región próspera. Gracias a él nació la Universidad de Nariño, se impulsó la construcción del ferrocarril al Pacífico y se fortalecieron las exportaciones.
Su vida fue un ejemplo de liderazgo. Estudió en Ecuador su
primaria, en Pasto su secundaria, y más tarde Derecho con los jesuitas. Fue
juez, diputado, representante, constituyente, senador y gobernador en dos
ocasiones. Fundó el Centro de Historia de Pasto, el Banco del Sur y hasta
participó en la Escuela Literaria de Pasto. Pero además, tenía una pasión que
lo mantenía conectado con la gente: el periodismo.
Por su experiencia y visión, incluso fue nombrado ministro
de Obras Públicas durante el gobierno de Marco Fidel Suárez, aunque nunca
aceptó. Y esa decisión lo pinta de cuerpo entero: un hombre fiel a sus ideales,
que prefirió quedarse en su tierra para seguir construyendo desde lo cercano.
Así fue Julián Bucheli Ayerbe, el primer gobernador de
Nariño. Un hombre que no solo lideró, sino que sembró sueños que hoy todavía
florecen en estas montañas.
