Datos curiosos que no conoces sobre el onomástico de Pasto ¿Por qué no se celebra su cumpleaños?

Datos curiosos que no conoces sobre el onomástico de Pasto ¿Por qué no se celebra su cumpleaños?

San Juan de Pasto, capital del departamento de Nariño, es una ciudad cuya riqueza cultural se refleja en la diversidad de sus expresiones artesanales, agrícolas y humanas. Territorio ancestralmente habitado por comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas, Pasto celebra cada mes de junio una conmemoración muy particular: su onomástico, es decir, su “celebración de cumpleaños instaurada en 1938”.

Este homenaje simbólico al nacimiento de la ciudad no se sustenta en una fecha fundacional precisa —como ocurre con muchas otras urbes del continente—, sino en una decisión histórica del Concejo Municipal. El hecho obedece a una carencia singular: “el acta de fundación desapareció”, un vacío documental que ha impedido establecer con certeza “cuál fue la persona y en qué sitio y cuándo se fundó Pasto”, según explica el historiador Enrique Herrera Enríquez.

Una historia sin acta, pero con legado

A diferencia de otras ciudades coloniales, Pasto no posee un documento oficial que certifique su fundación. En su lugar, lo que existe es un cúmulo de versiones históricas y debates académicos que apuntan a tres posibles fundadores: “Sebastián de Belalcázar, Lorenzo de Aldana y Pedro de Puelles”. Sin embargo, como aclara el investigador Gerardo León Guerrero, “no hay realmente una cédula, una providencia de parte del rey y del Consejo de Indias diciendo exactamente a cuál de los tres fundadores se le otorga el privilegio de fundador y de poblador”.

De acuerdo con los registros del Libro Verde, o libro primero de los Cabildos de Quito, la fundación de la Villa de Pasto se sitúa entre los años 1535 y 1540. Pero, como afirma Guerrero, “mientras no aparezca un acto administrativo por parte del rey; es decir, una cédula real y de parte del Consejo de Indias, seguiremos con esa duda por siempre”.

Frente a esta ausencia, las autoridades del siglo XX acordaron elegir el 24 de junio, día de San Juan Bautista, patrono de la ciudad, como la fecha oficial del onomástico. “La fecha fue seleccionada por el Concejo Municipal en el siglo XX y dio como fundador a Sebastián de Belalcázar”, en una decisión sustentada en una “real cédula emitida por la princesa Doña Juana en nombre del Rey Felipe II”.

Herencia cultural universal

Pasto es también guardiana de un legado invaluable reconocido por la Unesco, que ha declarado cuatro expresiones de su tradición como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad: el Carnaval de Negros y Blancos, el Barniz de Pasto, las Danzas, Músicas y Cantos tradicionales del Pacífico Sur colombiano, y el ancestral Camino del Inca o Qhapaq Ñan. Estas manifestaciones son testimonio vivo de una ciudad que ha sabido conservar sus raíces mientras dialoga con el mundo.

Cada año, durante el mes de junio, el onomástico se convierte en la excusa perfecta para exaltar la existencia de esta tierra que “alberga a los habitantes del sur”, mediante una agenda cultural que articula a artistas, académicos, periodistas y ciudadanos. Las calles se llenan de vida con desfiles, encuentros musicales como el Festival Internacional de Tríos, ferias de emprendimiento y espacios para “pensar y construir ciudad desde la cultura ciudadana y la sensibilidad hacia la ciudad”.

Uno de los actos centrales es el “Carnaval del mundo”, un desfile intercultural en el que delegaciones internacionales comparten su folclore con la comunidad pastusa, celebrando la riqueza de la diversidad global desde los Andes nariñenses.

Celebración en resistencia

No obstante, no todos los años la celebración ha podido llevarse a cabo de manera presencial. En tiempos recientes, como ocurrió durante las restricciones de la emergencia sanitaria, las plazas permanecieron en silencio. “La senda del carnaval estuvo silenciosa, la sala de la casa, la plaza de Nariño no retumbó con la música interpretada por los tríos”, pero aún así, la ciudad no se detuvo. Gracias a la virtualidad y a la creatividad de sus gestores culturales, Pasto encontró una nueva manera de conmemorar su vida.

“Siendo coherentes con la situación que vivimos de emergencia, celebramos un onomástico virtual desde casa, utilizamos los medios de información y comunicación para emitir toda la programación para la celebración de esta fiesta”, expresó en su momento Guisella Checa, secretaria de Cultura de Pasto. Así nació “Una ventana desde Pasto para el mundo”, un evento que conectó el alma de la ciudad con su diáspora global.

Una ciudad que se canta y se sueña

La “muy noble y leal San Juan de Pasto”, como fue reconocida por la Corona española, es una ciudad que ha hecho de la ausencia de un acta su mayor singularidad histórica. Con una identidad forjada en la resistencia, la cultura y la espiritualidad, esta tierra no necesita una fecha única de fundación para celebrar su existencia. Cada 24 de junio, conmemoramos no sólo el patronazgo de San Juan, sino también la historia sin documento de una ciudad “pintada por artistas, declamada por sus poetas y cantada por las melodías de quienes la habitan y la sienten”.

Y así, aunque “no hay doliente de su paternidad”, Pasto tiene miles de hijos que cada año gritan con orgullo: ¡Qué viva Pasto, carajo!

Share this

Latest
Previous
Next Post »
Comments


EmoticonEmoticon