Oración para bendecir a los hijos
Señor Dios, Padre tierno y misericordioso, hoy me presento ante Ti con un corazón lleno de amor y esperanza para pedir tu bendición sobre mis hijos. Tú, que los conoces desde antes de su nacimiento, que los viste formarse en el vientre y los has acompañado en cada paso desde que respiraron por primera vez, vuelve tus ojos sobre ellos y cúbrelos con tu luz protectora. Te los entrego, Señor, no porque quiera desprenderme de ellos, sino porque sé que solo en tus manos están verdaderamente seguros.Bendice su mente, Señor, para que esté llena de sabiduría,
claridad y discernimiento. Que piensen siempre en lo que es bueno, justo y
verdadero. Protégelos de pensamientos de duda, de confusión y de desesperanza.
Llénalos de confianza en sí mismos y de fe en tu presencia. Bendice su corazón
para que sea fuerte, compasivo y sensible al sufrimiento ajeno. Que tu amor sea
su raíz y su guía. Que aprendan a perdonar, a amar sin condiciones y a
reconocer tu mano incluso en los momentos difíciles.
Bendice sus pasos, Señor, para que nunca se alejen del
camino de la luz. Acompáñalos en cada decisión, muéstrales la senda recta
cuando se enfrenten a la oscuridad y dales fuerza cuando las tentaciones
quieran desviarlos. Guarda sus vidas en el colegio, en el trabajo, en la casa,
en la calle, con amigos y en todo lugar. Envía a tus ángeles para que los
rodeen, los sostengan y los libren de todo peligro físico y espiritual.
Bendice sus sueños, Señor, para que siempre estén guiados
por la esperanza, la bondad y la verdad. Que no se conformen con lo poco cuando
Tú quieres darles más. Que no renuncien a sus metas por miedo o inseguridad.
Dale a cada uno la capacidad de descubrir sus talentos, de desarrollarlos y de
ponerlos al servicio del bien.
Te pido, Señor, que los cubras con tu sangre preciosa, que
tu Espíritu Santo habite en ellos, que sus vidas sean reflejo de tu amor
eterno. Sana cualquier herida emocional, cualquier recuerdo doloroso, cualquier
inquietud que les robe la paz. Dales descanso cuando estén cansados, alegría
cuando estén tristes, compañía cuando se sientan solos y claridad cuando se
sientan perdidos.
Señor, te pido también por mí, para que sea un buen guía
para ellos. Dame sabiduría para educarlos, paciencia para escucharlos, amor
para comprenderlos y fortaleza para acompañarlos incluso en los momentos más
complejos. Que nunca me falte la humildad para reconocer mis errores y pedir
perdón cuando sea necesario. Que sea para ellos un reflejo, aunque imperfecto,
de tu amor eterno.
Hoy los pongo bajo tu amparo, Señor. Bendice sus vidas, sus
caminos, sus cuerpos, sus pensamientos, sus emociones y sus decisiones.
Guárdalos hoy y siempre. Amén.
