Nada se le escapa: el gerente que revisa obra por obra

Nada se le escapa: el gerente que revisa obra por obra

En medio del ruido de las obras, el polvo de las calles abiertas y los tubos esperando ser instalados, camina un hombre de paso tranquilo, sin protocolos, sin alardes, con la chaqueta azul de Empopasto como única insignia. 

A simple vista parece uno más del equipo técnico, un contratista o un ingeniero de campo. Pero no. Es Neyip Javier Oñate, el gerente de la empresa de acueducto y alcantarillado de Pasto, un líder que ha decidido dirigir desde el terreno, no desde el escritorio.

Su estilo es pausado, conciliador, sin discursos grandilocuentes. Su mayor herramienta ha sido el diálogo directo con las comunidades y con los trabajadores. 

Gracias a su cercanía, ha logrado conocer a fondo las dinámicas de quienes hacen posible las obras, y también ha detectado fallas: ha llegado sin previo aviso a obras donde no hay interventores y ha tomado nota. Quienes incumplen, simplemente no vuelven a ser contratados.

Hoy, con 108 mil usuarios, Empopasto avanza. Oñate impulsa una inversión sin precedentes: $16 mil millones en Santa Mónica, $6 mil millones en Agualongo, Antabarabar y Chambú, y gestiona $85 mil millones más en cuatro obras prioritarias que esperan aprobación del Gobierno. 

El músculo financiero es grande, pero también lo es la voluntad técnica y el compromiso de ejecutar a tiempo.

En el sector rural, acompaña con asesoría técnica, escucha a la gente. El robo de agua aún lo desvela, pero no baja la guardia. Se pone las botas, visita cada obra, verifica. 

No espera que lo reciban con alfombra roja. Solo quiere que todo marche. Y que el agua, como su liderazgo, fluya limpia y sin interrupciones.

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